Actriz mexicana difunde, desarrolla y profundiza “un teatro para bebés”

Acoyani Guzmán, joven creadora egresada del Centro Universitario de Teatro de la UNAMFoto Javier Jimeno

Armando G. Tejeda

Corresponsal

Periódico La Jornada
Viernes 19 de abril de 2013, p. 7

Madrid, 18 de abril.

El teatro es una representación de la existencia y como tal exige entregar el alma y la vida, al menos así lo cree Acoyani Guzmán, joven actriz mexicana egresada del Centro Universitario de Teatro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien desarrolla en la capital española un teatro para bebés.

Con escasos recursos, pero mucha imaginación, escribe, dirige, actúa y musicaliza e ilumina obras con títulos tan sugerentes como poéticos: La historia de Orfeo y su amada Eurídice o Cuando Orfeo le enseñó a llorar al dragón.

Acoyani Guzmán explica a La Jornada las raíces de su vocación, por qué decidió hace unos meses profundizar en un tipo de teatro destinado a bebés o a niños de no más de cinco años de edad.

La actriz presenta sus espectáculos con el formato del microteatro, es decir, en una pequeña sala con un escenario de 3.30 por 2.75 metros, desde el cual invita a soñar, sentir e imaginar a los pequeños.

"En el teatro para bebés se trata de expresar y representar lo más básico: lo redondo, lo dulce, lo suave... Y eso requiere cierta capacidad o afinidad para hacerlo, porque es un estilo que se puede entender teóricamente, pero que exige para su realidad un entendimiento profundo de las esencias más primarias.

"Exige tener abierta la sensibilidad para meterte en la cabeza de los bebés y eso digamos que sigue parámetros muy específicos y hay que ser muy cuidadosos para no rebasar la frontera.

Por ejemplo, si uno pone una música suave y delicada, pero de pronto suena una disonante es probable que los niños lloren. También es importante el tono de voz, la luz, la imagen, los movimientos, asevera.

Formas, sonidos y gestos

Desde hace tres años, Acoyani Guzmán vive en Madrid, donde ha estudiado y actuado en obras de teatro de diversos estilos, pero su proyecto más personal se orienta a los bebés.

"En mi trayectoria en el microteatro –indica– las obras que represento parten de algunas ideas que surgen y desarrollo.

Había trabajado en teatro infantil, pero ahora digamos que hago todo: desde la escritura de la obra hasta la musicalización, la dirección y la actuación. Sin embargo, ahora que he descubierto las posibilidades del teatro para bebés quiero trabajarlo más, llevarlo a más lugares y profundizar más en éste.

La actriz refiere las razones para fomentar más este tipo de obras: "Es una gran inversión para la cultura y la sociedad, pues es una manera creativa y necesaria de estimular a los seres humanos desde su primera etapa en cuestiones tan importantes como la creatividad, la sensibilidad, los sonidos y la percepción del mundo en general.

"Creo que además eso les ayudará a comprender cosas que posiblemente a su edad no lo pueden entender a nivel conceptual, pero sí vivir de una manera armoniosa y no traumática, como puede ser una tormenta.

Finalmente, el teatro es una representación de la vida; entonces, el teatro para bebés es lo mismo, pero en su propio lenguaje, que no es más reducido sino el que tienen a esa edad, que es a partir de formas, imágenes, sonidos o gestos.

En sus espectáculos, al presentarlos en salas pequeñas, es habitual que se rompa la cuarta pared y los niños y los bebés se pongan a utilizar los objetos de la obra o a tocar los instrumentos o a jugar con las luces.

El próximo proyecto, que estrenará en mayo, se titula La fiesta de los pájaros, en el cual habrá más texto que en los anteriores, pero son palabras precisas con las que intentaré estimular los sentidos mediante la imaginación y una experiencia sensorial plena. Es de muchos sonidos, donde cada pájaro tiene el nombre de un sentido. La idea es que jueguen con la luz, con la música, etcétera.

Acoyani Guzmán explica que "el teatro para bebés es otro tipo de trabajo. Igual de complicado, detallista y difícil que el creado para adultos, pero con algunas cosas distintas. El teatro para adultos siempre está ligado a un texto, a un director y a la creación de un personaje. Lo cual te obliga a entrar en líneas de pensamiento, imaginación emotiva y una serie de cosas que te ayudan a construir un personaje y a trabajar con tus emociones para llegar a ciertos estados.

En el teatro para bebés la creación de un personaje es distinta, de hecho es el propio espectáculo y nunca uno solo. Estás en favor de construir una atmósfera en la que los bebés puedan entrar y los personajes son todos los elementos.

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