Carnada transgrede y rompe con la sutileza de un clásico shakespereano

La obra reflexiona sobre el sentido de la vida y la decadencia, pero sin una intención moral subyacente, apuntó el creador escénicoFoto Carlos Cisneros

Ángel Vargas

Periódico La Jornada
Domingo 8 de septiembre de 2013, p. 3

La de la vida es la peor apuesta que puede hacerse: en ella siempre se pierde. Tal es, en resumen, el mensaje de Carnada, adaptación transgresora e iconoclasta del Rey Lear shakespereano que estrenó el viernes pasado la Compañía Nacional de Teatro (CNT) en el Festival de Tárrega, España, y que de forma posterior será presentada en México

Escrita por Bárbara Colio y dirigida por Richard Viqueira, la obra traslada esa conocida tragedia del autor inglés sobre la decrepitud, la ambición y el engaño humanos a un contexto contemporáneo, determinado por tribus y géneros musicales urbanos como el hip hop, el punk y el rock, y una atmósfera de violencia encarnizada.

La propuesta del creador escénico suma a a esos aspectos el recurso de la parodia, a partir de su convicción de que toda tragedia adquiere más sentido si contiene uno o varios elementos banales.

Aunque desde un punto de vista serio, se trata de parodiar el sentido de la pertenencia en este mundo, donde ya nadie tiene nada, donde nos estamos peleando por muy pocas cosas, explica Viqueira.

Por ejemplo, lo que reparte el Rey Lear en este montaje no es su reino, sino un automóvil; también remarqué mucho el absurdo sentido de ambición de los hermanos que se pelean hasta por una lata de cerveza. Finalmente, así es como nos comportamos el grueso de la población: por cosas nimias, somos capaces de provocar catástrofes.

En entrevista previa al viaje a la mencionada ciudad española, el director escénico aclaró que no obstante de que en la obra se reflexiona sobre el sentido de la vida, la decadencia y la decrepitud humanas, no hay una propósito ni una intención moral detrás de ella.

No es moral, aunque como toda tragedia tiene un elemento ético, el de la pertenencia del hombre al microcosmos donde le corresponde estar. En este caso, me interesó trabajar la tragedia en un aspecto callejero y de vecindario, destaca.

Lo que se busca en la obra, incluso a nivel visual, es resaltar la diferencia entre las generaciones. Queremos hacer muy patente que cada personaje crece en una generación y eso queda determinado desde su vestimenta hasta sus creencias, lo que provoca choques muy fuertes entre ellos.

Para Richard Viqueira resulta muy importante acentuar en el montaje los aspectos de violencia, incluso hacerlo a grados obscenos. Ello, precisa, para romper con la sutileza que normalmente tienen los títulos clásicos. Tratamos de actualizar conceptos y comportamientos, que la historia del Rey Lear fuera más miserable. Por ejemplo, la idea de golpear al padre, que no está en el original, es un tabú, pero hoy ocurre mucho, lo cual habla de una transgresión ética muy dura.

Ese es nuestro fin, llevar la violencia a elementos muy gráficos, como el pañal que usa el rey. Así la idea de humillación y decrepitud adquieren más fuerza y sentido. En cuanto a la tragedia y la parodia, procuro mantenerlas en equilibrio, para no caer en algo solemne.

A diferencia de la versión original, en Carnada todos los personajes son de sexo masculino, ninguno pertenece a la nobleza y el título de rey que ostenta Lear, el padre de los otros tres protagonistas, se debe a que es un corredor de autos retirado que decide regresar a casa en la última etapa de su vida.

Como en la obra de Shakespeare, ese anciano decrépito decide repartir su riqueza en vida entre sus tres vástagos; esa riqueza es su auto, un Ford 1975. Sin embargo, ante las adulaciones y engaños que le profesan sus dos hijos mayores, termina por repartir su herencia entre ellos y al menor, no sólo lo deja sin nada, sino que lo destierra de su vida.

Hip hop, punk, rocanrol y rock sirven de fondo para remarcar la diferencia de edades e ideologías entre los integrantes de esa disfuncional familia, mientras un payaso decadente se revela como el alter ego y los remordimientos que tienen al rey Lear al borde de la locura o ¿acaso de la razón?, como se dará cuenta momentos antes de fenecer.

El elenco de la puesta en escena está conformado por Héctor Holten, Luis Rábago y Everardo Arzate, actores estables de la CNT, además de los actores invitados Octavio Michel Grau y Adrián Aguirre.

Después de sus dos presentaciones en España, la obra será montada en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (CNA), en Río Churubusco y calzada de Tlalpan, del 5 al 27 de octubre, con funciones los jueves y viernes a las 20 , sábados a las 19 y domingos a las 18 horas.

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