L
a conversación telefónica que sostuvieron el presidente de Estados Unidos y el de Irán, Hasán Rohani, fue un duro golpe a los halcones que en Washington y en Medio Oriente pugnan por una nueva intervención estadunidense en esta región so pretexto de que el país de los ayatolas está a punto de contar con armamento nuclear. El que 34 años después del asalto a la embajada de Estados Unidos en Teherán se regrese al diálogo, es buena señal y abre el camino para terminar con el embargo económico que sufre dicho país.
Pero hay otras. Como la liberación de Nasrin Sotudeh, la prestigiosa abogada y defensora de los derechos humanos, además de varios presos políticos, entre ellos ocho mujeres. La noticia fue muy celebrada en las redes sociales. Nasrin fue una víctima de la oleada de detenciones con que el régimen respondió a las protestas por la relección del ahora ex presidente Mahmud Ajmadineyad en junio de 2009. La encarcelaron un año después, acusada de actuar contra la seguridad nacional
y de cooperar con el Centro de Defensores por los Derechos Humanos
, la organización fundada por la Nobel de la Paz Shirín Ebadí. Fue condenada a 11 años de cárcel y 20 de inhabilitación como abogada.
La liberación de la valiente activista de 48 años de edad y madre de dos hijos, ocupó el primer lugar en atención de las redes sociales. Como Facebook y Twitter que volvieron a estar disponibles en Irán por primera vez desde 2009, cuando fueron restringidas por el régimen de Ajmadineyad tras una oleada de protestas en su contra. Otras páginas web que estaban censuradas de nuevo están online en el país, como por ejemplo la del Consejo Nacional Americano Iraní.
El nuevo presidente, Hassan Rohani, que lleva tres meses en el cargo, dijo durante su campaña electoral no ser partidario de la prohibición y censura de las redes sociales. Y de la música calificada por los ultras de profana.
Otra buena noticia es que Irán reabre su Casa del Cine después de estar cerrada más de un año y medio por decisión del Ministerio de Cultura, ahora a cargo de Hojatollah Ayoubi, quien ha manifestado que el gobierno apoyará nuevamente a la industria cinematográfica. El cierre de la casa, que reúne a más de 5 mil profesionales, coincidió con el triunfo en los Óscar de 2012 de Una separación, de Asghar Farhadi, la primera película iraní en triunfar en dicho certamen. Farhadi criticó entonces el cierre.
El gesto del gobierno de Rohani es un paso de apertura que en parte compensa la decisión de nombrar ministro de Cultura a Ayoubi, de ideas conservadoras, que decepcionó a los liberales iraníes. Otro paso es haber destituido como rector de la principal universidad, la Azad, a un ultra, Farhad Daneshju. Pero falta todavía mucho más para que Irán recupere todas sus libertades.
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