La música da a 261 niños y jóvenes una perspectiva clara sobre su futuro

Written By Unknown on Senin, 04 Agustus 2014 | 15.16

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Este año, 554 pequeños realizaron audiciones para ingresar al coro y a la orquestaFoto Pablo Ramos García

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Este año, 554 pequeños realizaron audiciones para ingresar al coro y a la orquestaFoto Pablo Ramos García

Ángel Vargas

Enviado

Periódico La Jornada
Domingo 3 de agosto de 2014, p. 3

Amealco, Qro., 3 de agosto.

Me metí hace dos años al coro porque quiero aprender a cantar. Aunque no me gustaría ser como esas cantantes que se oyen en el radio o se ven en la tele. Yo quiero cantar en serio, no ser reguetonera ni andar con esas canciones de borrachos que mi mamá escucha todo el día.

Tal es la seguridad que muestra Paola Guadalupe Montes de Oca, originaria de Acapulco, quien a sus pícaros 10 años parece ser firme en lo que a su futuro respecta. Llegado el momento, dice que se ve en la ópera, sintiéndome feliz por cantar canciones tradicionales y clásicas y no de esas que nomás hablan de tomar y matar.

Proveniente del Coro Esperanza Azteca de aquel puerto turístico, esta pequeña es una de los 101 niños que este año forman parte del Coro Infantil de la República (CIR) que, al igual que los 160 integrantes de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de México (OSIM), este 3 de agosto comienzan su gira 2014 por diversos puntos de la República Mexicana, durante la cual actuarán juntas en tres ocasiones.

Ambas agrupaciones concluyeron este sábado sus respectivos campamentos de preparación en sendos hoteles de Querétaro. La OSIM realizó el suyo desde el 20 de julio en un albergue de Amealco, mientras el CIR se reunió una semana después en otro, ubicado en Juriquilla.

Fueron días de trabajo intensivo y exhaustivo para las dos agrupaciones musicales, en los cuales se encuentran representantes de diversos puntos del país que fueron seleccionados mediante audición.

Sus jornadas de ensayo eran de ocho horas diarias, distribuidas cuatro por la mañana y cuatro por la tarde. Sin importar que sus edades fluctúan entre los nueve y los 17 años, estos incipientes intérpretes se toman muy en serio la oportunidad que año tras año, desde 2001, les ofrece el Sistema Nacional de Fomento Musical para ahondar en sus estudios y preparación artísticos.

Durante los ensayos, pareciera que fueran profesionales, debido a la entrega y disciplina que muestran. No obstante que en varios casos los instrumentos son más grandes que ellos, al momento de hacerlos sonar esa desproporción se resuelve y se revelan imponentes.

Sí, hay aún un largo trecho por recorrer, pero el suyo es un sonido fresco, febril, honesto y brillante. Quizá la ilusión y la inocencia tienen que ver mucho en ello. También las varias horas de entrega semanal que cada uno dedica a su preparación musical. No en balde son los elegidos de entre los 554 pequeños que este 2014 realizaron audiciones.

De 14 años y originario de un municipio vecino a Toluca, estado de México, Miguel González González practica cuatro horas diarias, de lunes a viernes, y a veces también los sábados. Lo tiene ya decidido, quiere ser cornista profesional, instrumento que llegó de manera circunstancial a sus manos cuando sus papás lo llevaron a probar suerte en banda sinfónica de su pueblo y dijeron que les hacía falta alguien en el corno.

De esa ocasión han transcurrido ya cuatro años, en los cuales este joven atrilista dejó la banda de su pueblo, después de un año de tocar en ella, para integrarse a la Orquesta Esperanza Azteca de Toluca.

Una vez que ha concluido este 2014 la secundaria, con un promedio de 7.4, Miguel afirma que se dedicará de lleno a la música, para lo cual ya se inscribió en el conservatorio. Y es que, dice, esta expresión le ha cambiado la existencia, al enseñarlo a ser más sociable, alegre y entender mejor las cosas de la vida, además de que si no puede explicar algo con palabras, tiene el recurso de hacerlo con su instrumento.

Otro al que no le ha importado permutar el tiempo del juego por los ensayos es al también cornista David Argenis Alvarado Gamboa, de 11 años y originario de Chihuahua, quien asiste a la escuela de música tres horas diarias, al salir de la escuela, y apenas le queda tiempo en la noche para llegar a comer y hacer sus tares escolares.

Un factor en común entre estos pequeños músicos es que el arte sonoro les ha dado una perspectiva diferente de vida. Les ha permitido, en principio, no tener que estar encerrados en su casa viendo la televisión, jugando videos o embobados en las redes sociales y el Internet, según declaran.

También han podido hacer nuevos amigos, entender la importancia de trabajar en conjunto, conocer una música más bonita e interesante que la comercial, además de que les ha enseñado a ser responsables.

Pero, por encima de lo mencionado, todos se confiesan felices y hablan con emoción de cómo la música les da alegría y los hace sentirse mejor. Esa es la razón de que gran parte de ellos, por el momento, sin importar que aún es mucho lo que deben conocer, declare su interés por ser músicos profesionales en el futuro.

Apenas a sus nueve años, el percusionista sinaloense Roberto Carlos Juárez Valenzuela es parte de esa mayoría: Me gusta mucho el futbol, pero yo quiero ser músico de grande. Me siento muy bien y orgulloso cuando toco, me siento feliz. Lo que más me gusta en la vida es hacer música.

De San Luis Potosí y con 11 años de vida, José Diego Contreras Arriola también tiene ya en su perspectiva ese futuro: Sé que es raro que alguien de mi edad se interese por el corno, pero me enamoré de él cuando escuché a mi cuñado. Él toca en una orquesta y es muy bueno. De grande quiero ser como él, seguir su camino y ser gente de bien, como dice mi mamá.

Aptitudes y talento naturales

El potencial de estos prometedores artistas es muy alto, según Eduardo García Barrios, director del Sistema Nacional de Fomento Musical del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), quien estará el frente de la OSIM en tres de los siete conciertos que la agrupación realizará en esta su 23 gira nacional.

A su decir, de los 9 mil 800 niños y jóvenes que forman parte de las 114 agrupaciones musicales comunitarias del país (entre coros, orquestas y bandas sinfónicas y ensambles) entre 12 y 15 por ciento tienen aptitudes para continuar en esta disciplina de manera profesional.

El porcentaje demuestra la naturaleza musical, aptitudes, deseo, disciplina, entrega, en pocas palabras, talento. Es un porcentaje importante: son 15 de cada 100 niños. La detección de talentos se dice fácil, pero muy pocos niños en el mundo muestran talento a la primera. Se trata entonces de un proceso, y en el caso de niños menores de 13 años es una apuesta.

La OSIM y el Coro Infantil de la República comienzan de manera conjunta su gira nacional este domingo en Pachuca, Hidalgo; cerrarán el 8 de agosto, en la ciudad de México. Los detalles de los programas y las presentaciones de cada una de las agrupaciones pueden consultarse en la página web http://snfm.conaculta.gob.mx/


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