Músicos catalanes traen “un trabajo de de riesgo”: funden y confunden sonidos

Merry MacMasters

Periódico La Jornada
Martes 6 de agosto de 2013, p. 7

Confrontar dos máquinas, una del siglo XVIII, el piano, una máquina mecánica perfecta, y otra recién nacida en 2012, cuyos sonidos son generados por movimientos mecánicos, pero activados por tecnología, es la propuesta maquinofòbiapianolera 2.0, obra creada por el pianista Carles Santos y la banda de rock CaboSanRoque, catalanes que hoy la presenta en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.

Respecto de lo que se escuchará en la obra continua, de 55 minutos, siempre decimos que no es música contemporánea, ni clásica ni rock ni pop ni heavy metal ni jazz, pero lo es todo al mismo tiempo, expresa Laia Torrents. La integrante de CaboSanRoque acota que Carles siempre dice que proviene de la academia y nosotros del rock progresivo. Entonces, nos hemos juntado de procedencias muy distintas, nos hemos fundido y confundido para hacer esta obra.

El periodo de creación fue muy largo: Durante más de medio año nos vimos a diario para un trabajo de seis a ocho horas. Jugamos un poco a la precisión y la perfección de la forma de tocar de Carles, su energía y rapidez. Esto lo confrontamos con la máquina que también es muy precisa, rápida y enérgica.

Carente de una línea argumental, maquinofòbiapianolera 2.0 más bien es un discurso de una obra musical que igualmente tiene sus componentes teatrales a otros niveles. Es un trabajo de riesgo. Para Santos, siempre que se monta algo que no es tradicional hay un riesgo y la presente obra lo tiene en todos los sentidos.

Se inspiran en Natalia Toledo

La versión original –de allí la determinación 2.0– nació con otras máquinas. Como CaboSanRoque estuvo el año pasado aquí para construir máquinas con objetos de México, gracias a la Fonoteca Nacional y al Festival Vive Latino. Para el presente espectáculo decidieron hacer una adaptación de las máquinas mexicanas que en su calidad de instalación sonora lleva por título Los árboles aullaron, frase que, por cierto, tomaron de un libro escrito en zapoteco por Natalia Toledo e ilustrado por su papá Francisco Toledo.

Laia Torrents y Carles en el Teatro de la Ciudad Esperanza IrisFoto Luis Humberto González

Nos gustó mucho porque nuestro árboles también aúllan, sacan el sonido y hablan de México. De allí sacamos el nombre de la instalación sonora que estuvo tres meses en la Fonoteca Nacional y luego en el Vive Latino tocando con nosotros y con varios grupos mexicanos, explica Torrents.

Para Santos la máquina tiene muchas posibilidades de interpretación, "no es sólo subir o bajar los volúmenes, sino que tienen calidades de sonido a diferentes niveles. Y cantidad de color musical para competir con un piano que es un gran instrumento, es otro ordenador. Con el piano se puede leer toda la música occidental de arriba abajo.

De acuerdo con Torrents no pretendemos que nuestras máquinas sustituyan a los humanos, sólo que hagan lo que éstos no pueden hacer. Jugamos a que las máquinas hagan de máquinas y llegar a unos juegos rítmicos y de compases que un humano nunca podrá hacer. Exploramos otros lenguajes.

La función de maquinofòbiapianolera 2.0 será hoy a las 20:30 horas en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris (Donceles 36, Centro Histórico.)

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