S
u correspondencia privada, sus libros de recortes, fotografías hechas por ella misma durante sus viajes y muchos más documentos integran el legado de la actriz británica Vivien Leigh adquirido por el museo londinense Victoria & Albert. Se trata de una auténtica joya que incluye diarios personales y guiones cinematográficos.
La impresionante colección fue vendida el año pasado por los nietos de la protagonista de Lo que el viento se llevó, al cumplirse el centenario del nacimiento de la actriz, que ganara un Óscar por esa película y otro por Un tranvía llamado deseo.
El museo destaca la importancia de las más de 7 mil 500 cartas que Leigh atesoró a lo largo de su vida, pues reflejan la relación que mantuvo con personajes como T.S. Eliot, Arthur Miller, Marilyn Monroe, Ernest Hemingway o Winston Churchill. Sin embargo, las cartas más importantes son las que envió a su segundo marido, Laurence Olivier.
Olivier (1907-89) y Leigh (1913-67) formaron uno de los matrimonios más admirados en Hollywood, aunque sus compromisos profesionales en ocasiones los obligaron a separarse durante meses, como atestiguan las cartas que se intercambiaron mientras la actriz daba vida en los estudios cinematográficos de Los Ángeles, a Escarlata O'Hara, la protagonista de la exitosa novela de la periodista Margaret Mitchell, cuya trama se desarrolla en los momentos más dramáticos de la Guerra de Secesión.
El legado de la intérprete descubre aspectos de su carrera profesional y su vida íntima. Al diario personal que comenzó a escribir cuando tenía 16 años, se agregan un sinfín de telegramas, recortes de periódicos y fotografías realizadas por Leigh durante sus viajes por Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y el Reino Unido, así como instantáneas de sus rodajes más conocidos.
Además de abrir una ventana a la vida de la legendaria actriz, permite conocer el mundo social y del espectáculo que la rodeaba a través de las anotaciones personales que realizó de sus conocidos. Ella siempre aseguró no ser una estrella, sino una actriz. "Ser estrella –escribió–, es igual a tener una vida falsa, al tiempo que adquieres valores falsos. Las actrices permanecemos durante mucho tiempo". Y que esperaba tener algo que Escarlata O'Hara nunca tuvo: sentido del humor.
De Vivien, Tennessee Williams dijo que como norma general, a los actores no les gustan los autores de teatro, pero por alguna razón Vivien parecía entenderme y gustarle. ¿Podría ser que se dio cuenta de que yo vivía con nervios que me atormentaban? ¿O sería que sabía que yo estaba hechizado por ella?
La parte sustancial de los archivos de la artista se podrán ver en el Victoria & Albert este otoño y estarán disponibles para los investigadores una vez que concluya su digitalización, el año próximo.
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