Penultimátum

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acido en Mónaco hace 44 años, es más famoso que el príncipe Alberto II, gobernante de la pequeña ciudad-Estado visitada por potentados de toda ralea en busca de notoriedad y fortuna. También es el más odiado por los dirigentes de la banca suiza y sus clientes extranjeros.

Se llama Hervé Falciani y es especialista en informática. En 2008 sustrajo 130 mil expedientes que reposaban en el sistema de cómputo de la sucursal suiza del banco inglés HSBC y los entregó a las autoridades francesas. Contenían los datos claves de miles de ciudadanos, especialmente de Francia, España, Italia, Inglaterra y Estados Unidos. Todos evasores del fisco.

Luego de extraer la información que le interesaba, el gobierno francés envió el resto a otros países conforme a los convenios internacionales de intercambio de información fiscal. El escándalo fue mayúsculo. La reacción de los funcionarios suizos fue pedir la detención y posterior extradición de Falciani bajo el cargo de vulnerar el secreto bancario. La Interpol lo puso en la lista de los más buscados.

Detenido en julio de 2012 en el puerto de Barcelona, quedó en libertad seis meses después por colaborar en investigaciones financieras y tributarias de blanqueo, financiación del terrorismo y corrupción.

Suiza no ha logrado su extradición por un delito que no existe en muchos países. Y porque a España le interesa más obtener del informático todos los datos que posea sobre sus evasores. Uno de ellos: Emilio Botín, presidente del Banco Santander. Él y familiares tuvieron que pagar a Hacienda 240 millones de dólares por una cuenta en el HSBC que no declararon al fisco. Otros 659 contribuyentes españoles de la lista Falciani ya regularizaron su situación impositiva por los más de 7 mil millones de dólares depositados en el banco citado. Y faltan más.

Son 700 los contribuyentes italianos investigados por evadir 6 mil millones de dólares. Entre los más conocidos están el joyero Gianni Bulgari y los modistos Valentino y Renato Balestra. En Francia los investigados pasan de 3 mil y evadieron 15 mil millones de dólares. En Inglaterra y Estados Unidos miles también fueron requeridos por el fisco.

Suiza no logró que la información extraída de la filial del HSBC fuera declarada por los tribunales inválida de origen por ser robada. Ni probó que Falciani sacara provecho económico de ella. Aunque varias veces trató sin éxito de venderla. Los gobiernos beneficiados con la lista lo defienden por la inesperada ayuda que les ha prestado.

A siete años de destapar la mayor trama de evasión fiscal del siglo y mostrar la vulnerabilidad del secreto bancario establecido por las autoridades helvéticas, Hervé Falciani sigue dando de qué hablar. Ahora también en México, Argentina y Brasil.

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